Apartando los ruidos de malos pensamientos,
buscando espacio libre para atraer recuerdos
que cambien por colores los grises de estos tiempos,
llegan a mi grabadas las voces de tu encuentro.
Ahora, mis ojos de antiguas miradas llenos, solo llevan tu imagen.
Mis oídos rebosando palabras -todas tuyas-, ahuyentan el silencio,
y mis brazos se llenan de ti por un momento.
Ángel... ¿sabes que te quiero un montón? Ahora mismo te daría un abrazo inmenso.
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