martes, 28 de agosto de 2012

El GatoTigre


Por mucho que le gustara ser un tigre, y aunque a veces incluso se disfrazaba de rayas para aparentarlo, era un gato. Un pequeño gato con grandes pretensiones, las grandes pretensiones de un tigre. 

En alguna ocasión acompañaba a una pequeña manada de tigres, que no supo nunca porqué, pero le permitían ir con ellos y hasta incluso le trataban como uno mas. 

Solo tenía una habilidad en que superaba a sus singulares compañeros; subir a los árboles. Por eso, cuando salían a cazar, él buscaba un árbol alto donde escalar, con el propósito de ser el primero en divisar alguna presa y así sentirse de alguna manera útil. Mas que nada para intentar quitarse esa sensación que siempre le acompañaba de que le admitían en el grupo por ... vete a saber qué. Algo que le incomodaba terriblemente. 
   
Muchas veces, estando con otros gatos, gustaba de darse importancia por tener aquellos compañeros tigres y contaba una y otra vez, como gracias a él, se habían conseguido buenas cacerías.   

En realidad siempre era consciente de que no era ni jamás sería un tigre, pero le reconfortaba pensar que en algunos momentos era un poco tigre y sobre todo menos gato.

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